Dar ejemplo no es la principal manera de influir sobre los demás es la única manera

💚Dar ejemplo no es la principal manera de influir sobre los demás es la única manera
💓 El ejemplo no es la principal fuente de influencia
La cita de Schweitzer es provocativa, aunque Robert Cialdini, autor del libro definitivo, Influence: La psicología de la persuasión, diría que es demasiado enfática. Cialdini sugiere que hay al menos otras seis formas de influir en los demás, una de las cuales es la tan citada y algo abusada «ley de la reciprocidad» (tú me das algo, yo ahora quiero darte algo de verdad).
Entonces, ¿qué ejemplo das? ¿En tus interacciones personales? ¿En tus reuniones? ¿Dónde pones el acento? ¿A qué dices que no? ¿Cómo afrontas la presión? ¿Cómo ayudas, inspiras y respetas a los que te rodean?
Gracias por esta cita, expresarse de forma correcta es tan necesario. Soy coach de clientes en mi empresa, Happiness Express, con sede en Ámsterdam, Países Bajos, y creo firmemente que tengo que estar en camino de resolver mis propios problemas antes de poder apoyar a mis clientes con sus problemas, no necesariamente en el punto de la resolución completa (¡soy humano después de todo!), pero al menos con el conocimiento y el comportamiento en su lugar para resolver ciertos valores, rasgos de carácter o habilidades que podrían ser holísticos En realidad, la formación de coaching que hice hace unos años hizo hincapié en el valor de entrenar a ti mismo antes de entrenar a otros. Se trata de hacer lo que se predica.
⚡ El ejemplo no es lo principal para influir en los demás; es lo único que significa
Impulsado por líderes sobresalientes, pero ¿cómo lo hacen? ¿Qué separa a un líder fuerte de uno malo? Un líder excepcional es una persona que ha aprendido a influir en los demás, incluso en sus emociones, sentimientos y comportamientos; sólo algunos ejemplos son personas como Martin Luther King, Jr., Gandhi, Nelson Mandela y Oprah.
Aquí vamos a cubrir las 10 cualidades importantes que comparten todos los líderes excelentes. También exploraremos las formas de influir en los demás y de desarrollar tu propia capacidad de influir en los demás, independientemente de la posición que ocupes.
El hambre y el impulso diferencian a un líder de un seguidor. Para hacer que las cosas sucedan, los líderes tienen un hambre insaciable; deben hacer, construir y compartir. La fuerza que les hace imparables es este empuje. Aprenden a influir en los individuos y en la sociedad que les rodea a través de su empuje.
Si investigas a los grandes líderes de la historia, podrás ver que de muchas maneras obtienen su apetito, pero sobre todo viene de algo que ha faltado en sus vidas. También descubrirás su capacidad para enfrentarse a la autoridad. Hay individuos que se enfrentan, no se adhieren, al statu quo.
🤠 ¿dar buen ejemplo con tu propio comportamiento es la mejor manera de influir en los demás?
¿Alguna vez has deseado que la gente haga sólo lo que tú le pides y que, por su parte, la iniciativa se cumpla? ¿Quizás te gustaría poder ayudar a que se entienda tu punto de vista, o tal vez tienes problemas para decir que no? Aprender a manipular bien a los demás es la clave para estas dos situaciones.
Afortunadamente, la capacidad de influir en los demás no es sólo una habilidad inherente con la que nacen algunos líderes; es una habilidad que se puede aprender. Más que facilitarte la vida, influir en los demás es una herramienta importante en el trabajo para ser eficaz. El hecho es que, todo el tiempo, lo sepamos o no, todos afectamos a los demás. La verdadera pregunta es en qué dirección influyes a los demás y si es la que tú quieres.
La influencia, literalmente, añade malestar a la dirección en la que no quieres que nadie se mueva y atribuye gratificación a la dirección en la que quieres que se muevan. Esto significa que nuestras reacciones naturales hacia los individuos son formas de control, e incluso una respuesta fría o una palabra cálida de aliento influirán en cómo se comportarán los individuos en el futuro. Esas reacciones naturales podrían empeorar las cosas si no eres deliberado y consciente de cómo funciona el control.
💭 Albert schweitzer
El tópico de que los mejores líderes predican con el ejemplo se incluiría en todas las conversaciones sobre grandes líderes. Todos asentirán y estarán de acuerdo, dicho en una conversación. Y si uno reflexiona personalmente sobre las cualidades de otros a los que ha seguido de buen grado, también descubrirá el rasgo universal. Parece que hay pocas dudas de que a través de nuestras acciones, especialmente cuando estamos en una posición de liderazgo, influimos en los demás.
El problema es que no sólo los grandes líderes predican con el ejemplo, sino que ambos somos. Como líder/supervisor/director, los individuos nos observan. Observan todo lo que hacemos, si es lo que nos gustaría que imitaran… Sí. O no. Dado que las personas nos observan y se ven afectadas por nuestras acciones, esto plantea una cuestión importante para bien o para mal.
Puede parecer una pregunta sencilla, pero en la práctica no está tan claro, e incluso si está claro, no es tan fácil. Estás equivocado si tu visión de «predicar con el ejemplo» genera algún tipo de sistema de mini versiones de ti mismo. Incluso si sus actividades son totalmente merecedoras de ser practicadas, no producirá realmente los resultados que desea. Lo que «liderar con el ejemplo» puede significar que nuestras acciones motiven a los demás a comportarse y reaccionar de forma que consideremos valiosa y necesaria para los resultados de nuestra organización. En otras palabras, aunque tengamos que centrarnos en nuestros comportamientos, no es por vanidad, sino por la b de la organización. Hablamos en un lenguaje vago y de alto nivel, que es muy difícil de traducir en acciones que otros imitarán. El desfile de características que los individuos dicen querer en los miembros del equipo incluye: