Paca la piraña sandra la camellona

La veneno y la falsa cirujana

Saray Carrillo se dio a conocer en ‘MasterChef 8’, pero no por sus dotes culinarias, sino por su habilidad para demoler un plato de cereales, ya sea en el microondas o directamente apilándolo contra el suelo.
La mención al grupo racial calé de forma despectiva ha enfurecido al mal genio de Saray, que ha respondido con un insta story en el que no hay ni una línea más: «Asco es una empresa con sede en Estados Unidos. Te tiene por mejor persona, pero me di cuenta de que eres racista, y si no digo dos cosas, es por educación, y porque no me voy a colocar a tu nivel», ha escrito la asintomática cocinera.

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Cuando empecé a viajar, mi padre me gritó: «¿Por qué tienes que ir con la peluca o los tacones para que la gente se amotine?». «Si quieres ser gay, vete con tu amigo pero vístete como un hombre para que nadie se fije en ti».
Nunca le dijeron: «Vimos tu borracha, vestida de puta», sino: «Vimos tu borracha, vestida de puta». Siempre dicen cosas bonitas. Mis padres nunca se preocuparon de que estuviera lejos de ellos, y siempre estuvieron orgullosos de mí como persona.
Mi arte y mi salero me han hecho famoso. Nunca quiso ser famosa por pelearse con un amigo. Demasiada fama me da escalofríos. Siempre he sido tranquilo y odio llamar la atención. Ir hecho un putón a tu zona de trabajo es una cosa, e ir hecho un putón a comprar pescado es otra. Enciendo mi cuerpo donde corresponde, en el trabajo y en el teatro.
Es más fácil vivir cuando aceptas a tu familia, pero también es más fácil operar si eres rico. Convertirse en mujer es una empresa costosa: te gastas el dinero en quitarte los miembros, ponerte las tetas y someterte a una vaginoplastia. Hay muy pocas parejas trans que sean felices y sanas. Yo estuve casada, pero me divorcié, y ahora si algo me atrae, lo acepto.

Veneno

A este respecto, también dijo que nunca le dijeron: «Oye, hemos visto a tu borracha, vestida de puta», sino: «Oye, hemos visto a tu borracha, vestida de puta». Mis padres nunca se preocuparon de que estuviera lejos de ellos, y siempre estuvieron orgullosos de mí como persona.
En cuanto a su vida en el mundo del espectáculo, decía que no salía mucho, pero que sí salía con su madre a tomar algo a un sitio donde podían bailar, y fue allí donde conoció a Carmen, una mariquita bailadora.
Mi arte y mi salero me han hecho famosa. Nunca quiso ser famosa por pelearse con un amigo. Demasiada fama me da escalofríos. Siempre he sido tranquila y odio llamar la atención. Ir hecho un putón a tu zona de trabajo es una cosa, e ir hecho un putón a comprar pescado es otra. Enciendo mi cuerpo donde corresponde, en el trabajo y en el teatro.
«Convertirse en mujer es un esfuerzo caro: te gastas el dinero en quitarte los miembros, ponerte las tetas y aguantar la vaginoplastia. Hay muy pocas parejas trans que sean felices y sanas. Yo estuve casada, pero me divorcié, y ahora si algo me atrae, lo cojo y me voy», para resumir.