Imagenes de acciones buenas y malas para niños

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La distinción entre las acciones y los sentimientos desafiantes que son coherentes con el desarrollo normal del niño y los que son motivo de preocupación puede ser difícil de decir, incluso en las mejores condiciones. Es importante tener en cuenta que muchas afecciones surgen durante la adolescencia, como la ansiedad, el trastorno por déficit de atención e hiperactividad y la depresión. En realidad, muchos adultos que buscan atención se centran en cómo su infancia se vio afectada por estas enfermedades y desean haber recibido apoyo antes. En general, si la conducta de un niño dura unas semanas o más, crea ansiedad en el niño o en su familia e interfiere en su funcionamiento en la escuela, en casa o con los amigos, entonces considere la posibilidad de buscar ayuda. Si la conducta del niño es peligrosa, o si el niño habla de intentar suicidarse o matar a otra persona, busque ayuda inmediatamente.
Pida que le remitan a un especialista en salud mental que tenga formación y conocimientos relacionados con los niños. (Al final de este folleto hay más detalles sobre cómo identificar a un profesional de la salud mental).

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No todos los niños sin hogar acaban viviendo en la calle a la intemperie. Algunos acaban durmiendo en el piso de amigos o desconocidos en zonas muy inapropiadas pero fuera de la vista, o durmiendo en alojamientos temporales como albergues. Por ejemplo, en 2018, la organización benéfica para personas sin hogar Shelter informó de que hasta 9.500 niños del Reino Unido pasaron la Navidad en un albergue u otro alojamiento temporal, la mayoría en una habitación individual con una familia, compartiendo baños y cocinas con otros inquilinos que no conocen ni confían.
En comparación, no todos los niños que pueden calificarse de «niños de la calle» son realmente personas sin hogar. Pueden trabajar, jugar o pasar su tiempo en la calle, pero con su familia o sus padres, pueden volver a dormir.
Tienen un claro vínculo con el espacio público (por ejemplo, carreteras, mercados, parques, estaciones de autobús o tren) y para quienes la calle desempeña un papel crucial en su vida cotidiana y su identidad. Los niños que no viven ni trabajan en la calle, pero que acompañan regularmente a otros niños o familiares en la calle, se incluyen en esta categoría más amplia.

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El cierre de la escuela es también una oportunidad para construir relaciones más fuertes con nuestros niños y adolescentes. El tiempo individual es agradable y gratuito. Esto hace que los niños se sientan queridos y sanos, y les demuestra que son importantes.
Cuando nuestros hijos o adolescentes nos vuelven locos, es difícil sentirse optimista. Siempre acabamos diciendo: «¡Deja de hacer eso! ”. Pero si les damos una orientación constructiva y mucha atención por lo que hacen bien, es mucho más probable que los niños hagan lo que les pedimos.
Ten en cuenta que cada niño es especial y puede utilizar distintas formas de comunicarse. Tómate el tiempo necesario para adaptar el mensaje al de tu hijo. Requisitos. Los niños con problemas de aprendizaje, por ejemplo, pueden exigir detalles de formato sencillo.
Cuando modelamos relaciones pacíficas y afectuosas, nuestros hijos se sienten más cómodos y queridos. En estos momentos difíciles, las palabras constructivas, la escucha activa y la empatía ayudan a mantener un entorno familiar seguro y feliz.
Sé abierto con tus hijos y escucha. Sus hijos le buscarán para que les anime y les tranquilice. Cuando compartan cómo se sienten, escuche a sus hijos. Respete sus sentimientos y apóyelos.

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Con durabilidad. He aquí algunos consejos de la Academia Americana (AAP) para ayudar a su familia a superar el estrés de la pandemia. Los niños dependen de la protección de sus padres, tanto física como mental, para superar los miedos de los niños. Tranquilice a sus hijos diciéndoles que está ahí para ellos y que lo superarán junto con su familia.
Modelar cómo se pueden manejar las emociones. Hable de cómo se manejan sus propias emociones. («Estoy preocupado por la abuela porque no puedo ir a visitarla. Voy a poner un recordatorio en mi teléfono para llamarla hasta que sea seguro verla por la mañana y por la tarde»).
Antes de salir de casa para ir al trabajo o hacer recados importantes, díselo a tu hijo. Dígale con voz calmada y tranquilizadora adónde va, cuánto tiempo va a estar fuera, cuándo va a volver y que está tomando medidas para mantenerse sano.
Da más abrazos y di «te quiero» más a menudo. Mantén rutinas saludables Es más importante que nunca mantener la hora de acostarse y otras rutinas durante la pandemia. Crean una sensación de orden en el día que, en una época muy impredecible, proporciona tranquilidad. Todos los niños, incluidos los adolescentes, se benefician de las rutinas que son consistentes pero suficientemente versátiles para satisfacer las necesidades individuales.